Cuando surge el Papado del Catolicismo Romano?
No obstante, todavía durante el reinado de Constantino (313-337), cuando el Cristianismo ya
se había convertido en la religión oficial del imperio Romano, el obispo romano era todavía
simplemente un obispo más entre los obispos de las demás iglesias. Pues Constantino, como ya
vimos anteriormente, era Obispo de obispos, Pontifex Maximus, y Vicario de Cristo. No fue sino hasta
después de la muerte del emperador Constantino (337 d.C.) cuando los obispos romanos -en forma tentativa- se atrevieron a empezar a reclamar una posición de prestigio, influencia, y autoridad para sí mismos. Y, las características doctrinas falsas respecto a la primacía del papado, empezaron también a ser sistemáticamente formuladas.
-Capitulo 1-
Es imposible comprender el estado actual del cristianismo sino a la luz de su historia. La ignorancia de la historia de la Iglesia es aun más común que la ignorancia de la Biblia. Uno de los deberes principales de los ministros es enseñar a su pueblo los hechos de la historia eclesiástica.
El cristianismo (CATOLICISMO), religión de Estado del Imperio Romano. Constantino había hecho que lo fuera en la práctica, pero llegó a serlo oficialmente bajo Teodosio (378-395), quien hizo obligatoria la membresía en la Iglesia. Fue la peor calamidad que jamás le haya sucedido a la Iglesia. Hasta los días de Constantino la conversión era voluntaria, un cambio genuino de corazón y de vida. Pero ahora la conversión obligatoria llenó a las iglesias de gente no regenerada. Compenetró a la Iglesia el espíritu militarista de la Roma imperial. La Iglesia cambió de naturaleza, y sobrevinieron mil años de abominaciones papales. (Historia de la Iglesia por el escritor Halley Capitulo 1)
¿Quién presidio los concilios de la Iglesia al principio?
Los Obispos y después en el año 303 d.C. Constantino el Grande
Así, es quizá comprensible que Satanás escogiera este momento para cambiar su forma de ataque, y a comienzos del siglo cuarto empezó el período eclesial de Pérgamo, en el que el león se transformó en serpiente, y en el que los adversarios de fuera dieron lugar a los seductores desde dentro. Constantino el Grande era en esta época el César de Roma, y se mostró abiertamente como protector de la nueva religión —hecho tan significativo como inesperado. Naturalmente, lo que siguió fue que la posición de los cristianos pasó inmediatamente de una de intensa persecución a otra de supremo favor; y ello hasta el punto en que se veía al mismo Emperador de Roma presidiendo los concilios de la iglesia. (Historia de la Iglesia, Sinopsis, G.H.S. Price, Págs.5 y 6).
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