Monday, January 25, 2010

ORDEN DE FUSILAMIENTO CONTRA ARZOBISPO SEDICIOSO

Orden de Fusilamiento del Arzobispo Orozco y Jiménez

La institución católica romana, no ha sido una religión de paz en nuestro México querido, hemos visto un común denominador a lo largo de la historia, y los intereses que la han movido siempre han sido los mismos, la extensión de su poder y riquezas en todas partes del mundo. En México así sucedió, me he documentado en el libro de Francisco Martín Moreno "México Acribillado" como el gobernador del estado de Sonora el Sr. Plutarco Elías Calles, mandó un telegrama fechado del 24 de enero de 1917 desde la población de Babiacora del estado ya mencionado, al presidente de México el Sr. Don Venustiano Carranza.
En dicho telegrama manda fusilar al arzobispo de Jalisco Orozco y Jiménez, y al obispo de Zacatecas Miguel de la Mora, dice textualmente en el libro, "fusílenlos por sediciosos y por ser enemigos de la paz pública en México"

TELEGRAMA:

Señor Don Venustiano Carranza
Primer Jefe del Ejército Constitucionalista
A nombre de los revolucionarios de Sonora, respetuosamente pido a Usted que si un Consejo de Guerra sentencia a muerte al Arzobispo Orozco, de Guadalajara, y al Obispo Miguel María de la Mora, la sentencia sea ejecutada sin atender peticiones de extraños en su favor, ni la voz de los traidores que tomaran de portavoz a todas las beatas del país.
Muy respetuosamente
Gral. Plutarco Elías Calles

Con este comunicado vemos que el clero católico fue enemigo del gobierno constitucionalista, por levantarse en contra de las leyes establecidas en la Carta Magna de 1917, que quitaba las propiedades del suelo y subsuelo a cualquier extranjero [articulo 27] y a la institución católica haciendo que los templos pertenecieran a la nación Mexicana. Les dolió este golpe del gobierno emanado de la Revolución, del nuevo país que reclamaba a gritos la justicia y la libertad que el clero romano ejercía sobre las masas y no dejaba que hubiera un progreso uniforme en todo el país. Estos personajes maquiavélicos, Orozco y Jiménez, y Miguel de la Mora, ya estaban cocinando con sus doctrinas de ambición una guerra Cristera, movimientos secretos que levantaban a la gente en contra del gobierno, esto se llama conspiración, así son los enemigos del progreso y el bienestar social. En estos días también vemos que los clérigos no dejan de quitar el dedo del renglón como el cardenal primado de México, que quieren meter su cuchara en la política de la República que ya es libre, soberana y laica, y así retroceder a la vieja historia del dominio clerical cuando ellos eran los amos y Señores de la Nueva España.
¿Son estos obispos y arzobispos hombres de Dios, dignos representantes de Cristo, elevaron su oración por las autoridades o levantaron las armas al grito de “Viva Cristo Rey”? ¿Cristo haría esto?
[México Acribillado, Francisco Martín Moreno, pp. 75-76]

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